¡Buenas, familia bonsailera!
Hacía mucho que no os dábamos material de entretenimiento y aprendizaje debido a que estamos sumergidos en la vorágine de los trasplantes que, desgraciadamente, no hacen cola y hay que hacerlos cuando toca; llueva, truene o ventee.
El Juniperus communis es una especie poco habitual en las colecciones, tal vez porque pincha como un demonio y da una pereza brutal hacer cualquier trabajo de mantenimiento en la copa. Pero ya sabes, si tienes uno y prefieres no meterle mano tú, aquí estamos.
Estaba como una bola. No se veía el tronco, ni ramas, ni madera muerta…
Desde casi la esquina de la maceta parece que gana en movimiento y se vislumbra algo. Pero habrá que hacer un examen más exhaustivo.
Como se puede apreciar en la foto, esta rama es un tridente bastante grueso. Y como este, había muchos más en la rama principal, en las secundarias, en las terciarias…Así que lo primero es eliminar todas esas ramas y ramitas defectuosas. Quitaremos las más evidentes para poder ver la estructura y luego refinaremos el trabajo según vayamos haciendo espacio mediante la poda y el alambrado.
Ya solo faltaba poner alambre, seleccionar brotes y ramitas y ajustar longitudes mientras se va posicionando cada detalle del bonsái.
Ahora a vigilar que no se claven los alambres y, cuando brote, comenzar con los pinzados para empezar a densificar las ramas. Ya el otoño que viene se podrá aplicar líquido de jin para proteger las zonas nuevas de madera muerta.
Esperemos que os guste el post y que disfrutéis de vuestros trasplantes ¡que es el único momento donde podemos mejorar los nebaris!
Feliz primavera y recuerda que ¡AGUA DEL CIELO NO QUITA RIEGO!
Hasta pronto.
David.