Hola, familia bonsailera.
Estrenamos la nueva cara de la página web con esta entrada en el blog del doblado de un tronco que crecía a ras de suelo para llevarlo a la vertical.
Su anterior propietario pensaba en hacer el bonsái solo con el tronco erguido que, dicho sea de paso, tiene un muy bonito movimiento y corteza. Suerte que le frenamos en su idea de darle un tijeretazo y se conformó con cortar una parte del tronco (el jin que vemos justo en la esquina inferior izquierda de la imagen).
Elegimos la cara contraria a la imagen anterior para formar este bonsái. El nacimiento de los dos troncos, la corteza y disposición de troncos y ramas la hacen el frente ideal, sin embargo, según podamos levantar el tronco principal y darle movimiento, nos decantaremos por el boceto inicial o lo cambiaremos. Siempre nos queda un poco de improvisación dentro de lo planificado que pueda estar un trabajo como este.
Usaremos una barra de tetracero para ayudarnos a mover el tronco. Podéis pensar que, ya que nace hacia abajo, el hacer un estilo cascada o semicascada es viable, peeeeeeeeero, el tronco más grueso ha de ser el más alto, que es como se desarrollaría naturalmente un árbol con múltiples troncos (uno viejo, se entiende).
Toca soltar tensores y volver a reposicionar el palito.
Esperemos que os haya gustado el trabajo.
Recordad que, en el caso de árboles de origen yamadori como este, en el que la naturaleza ha hecho un trabajo previo, nuestro principal objetivo será conservar la mayor cantidad de características únicas de nuestro prebonsái. En este caso, claro que el tronco secundario era bonito por sí solo y se podía hacer un bonito bonsái con él. Sin embargo, un pino doble tronco bueno no es fácil de encontrar. Cierto es que, viendo el árbol original, el pensamiento común es: ¡Vaya castaña de tronco el que nace tumbado! Correcto, mas la filosofía con la que trabajamos es intentar integrar las características únicas de cada prebonsái dentro del diseño y si, una vez trabajado, queda como el ojete, pues cortamos y apañado. ¡Vaya pérdida de tiempo! Eso puede pensar alguien, pero, ¿no sería peor lamentarse de haber cortado un tronco o rama que podría dotar a nuestro bonsái de una esencia especial? Nosotros preferimos ‘perder el tiempo’ intentándolo. Si al final no funciona, en el camino habremos practicado alguna técnica en particular aprendiendo cosas sobre qué funciona y qué no, cómo mover algo, cómo sujetar en un punto preciso…¡Infinidad de detalles! Y, sabido es que no hay dos bonsáis iguales, ni siquiera en los que se producen en masa de manera repetitiva, todos son únicos, todos, y eso hace que nunca dejemos de aprender. ¿No es algo maravilloso?
¡AGUA DEL CIELO NO QUITA RIEGO! ¡Que no se os olvide!
¡Hasta pronto!
David.
espectacular trabajo, muy bien aprovechado el material.
¡Gracias, Alberto!Un saludo.
Great article!
Thanks!