El ying y el yang.

¡Hola, familia bonsailera!

Aunque parezca lo contrario, no nos hemos puesto místicos. Solo se trata de que, a veces, hay que elegir entre dos opciones muy buenas. Abordaremos esa disyuntiva en esta entrada.

¿Qué frente elegir?

Os vamos a presentar el prebonsái en cuestión:

Llegó al taller para su primer diseño y, con material de tan alta calidad, tomar decisiones acertadas es vital.

Las dos mejores posibilidades eran opuestas esta vez…

Por un lado, el movimiento del tronco, conicidad y corteza son espectaculares.
Del otro, perdíamos la calidad suprema de la corteza del lado opuesto.

Sin embargo, desde este frente el movimiento mejora, la conicidad también, se aprecia mucho mejor el quiebro del tronco y la disposición de las ramas también es mejor. Ante esta duda, cada persona elegirá una versión diferente según sus gustos, sin embargo no debemos pasar por alto que hay cosas en un bonsái que no se pueden cambiar, y esa es una razón de mucho peso a la hora de decidir. Por lo tanto, aunque la corteza sea abrumadoramente mejor desde el lado opuesto, la corteza es corteza, es decir, cambia, evoluciona, mejora, cae…de modo que no elegiremos el primer frente mostrado. Si, en cambio, en vez de corteza, se tratase de madera muerta de calidad, nos habríamos decantado por esa opción para mostrar esa característica distintiva del árbol.

Frente elegido.

Vamos a destacar el tachiagari junto con el jin y los quiebros de la parte alta. Para enfatizar el movimiento del árbol hacia la izquierda acortaremos el lado opuesto dado que el tronco nace vertical, con el jin marcamos movimiento hacia la izquierda, luego se gira hacia la derecha elevándose al cielo, llevando el centro de gravedad del árbol hacia ese lado puesto que el tronco en ese tramo aporta mucho peso visual. El quiebro a izquierdas devuelve el equilibrio e, inmediatamente, cambia de nuevo de dirección por lo que deberemos girar el ápice hacia la izquierda para recuperar la estabilidad.

Podamos las ramas sobrantes y trabajamos la madera muerta.
Acercamos la rama trasera al tronco y a la derecha, puesto que salía demasiado hacia atrás.
Lo siguiente es proteger la rama principal con cinta para facilitar la torsión con seguridad.

Podéis ver las curvas dadas a la rama y cómo se ha bajado doblando casi 90º para luego volverla hacia afuera dotándola de mucho dinamismo, una vez posicionada la shashi-eda procederemos a colocar el ápice y ramas restantes teniendo la precaución de mantener a la vista los quiebros de la parte alta, que son el punto focal de esta maravilla de bonsái.

Si queremos hacerlo más dinámico, podemos llevar el ápice más a la izquierda del centro del tronco, en ese caso, la primera rama tal vez deba levantarse un poco más. Evidentemente, cuando se plante en maceta se hará exactamente al contrario de como está ahora mismo en la maceta de cultivo si las raíces lo permiten, o lo que es lo mismo, lo plantaremos a la derecha del centro de la maceta para que nos ayude a enfatizar esa sensación de movimiento hacia la izquierda, con más espacio de ‘tierra’ en ese lado.
Este punto genera dudas en mucha gente. En bastante ocasiones se diseña el árbol sin tener en cuenta todos los pesos visuales de cada parte, todas las líneas, verticales, horizontales y diagonales, que dibujan cada punto del bonsái: forma, tamaño y color de la maceta; posición de plantado; forma del nebari; curvas del tronco; nacimiento y líneas de las ramas; jines y sharis; tamaño, forma, número y disposición de las masas de verde; disposición de las placas de corteza (si la tiene); venas del tronco (luces y sombras generadas por esas variaciones de grosor de las mismas); cambios de tono de la corteza… Generalmente se diseñan los árboles en macetas de cultivo y se trasplantan a posteriori, entonces, tras un diseño algo desequilibrado (todo esto desde el punto de vista artístico, que la naturaleza hace lo que quiere y el bonsái y es una representación ARTÍSTICA de la misma), se tiene tendencia a ‘compensar’ esa ‘carencia’ plantando el bonsái en el lado contrario al debido.

Esperemos haberos sido de ayuda para mejorar en vuestra capacidad de diseño.

¡Feliz bonsái!
Hasta pronto.

David.

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