¡Hola, familia bonsailera!
A veces la labor de diseño está cantada y no hay que devanarse los sesos para encontrar la forma adecuada de nuestro bonsái.
Nos encargaron esta sabina para dejarla guapa:
Bueno, como se puede ver, ‘pide’ un bunjin. Nada complejo, bajar la rama principal y reducir el verde.
Ahora solo hay que posicionar el verde reduciendo al mínimo el mismo para adecuarlo a las estilizadas lineas del tronco.
Queda un bonsái muy sencillo y delicado. En el siguiente trasplante se puede doblar la raíz de la derecha para aproximarla al tronco, aunque tampoco podemos esconderla porque la base quedaría demasiado estrecha e inestable.
Es posible que, al madurar las masas de verde, tengamos que eliminar alguna ramita más.
Deseamos que os guste.
¡Hasta pronto!
David.