¡Hola!
Gracias al servicio Trabajamos tu árbol nos llegan diversidad de materiales con mayor o menor potencial. Ese potencial se mide en la calidad de sus características de cara a obtener un gran resultado con muy poco tiempo de trabajo y no se trata de lo que se tarde en modelar o diseñar en su primera formación, sino en lo que vamos a tardar en llegar a tenerlo en su máximo esplendor porque puede que necesite rehacerse desde cero y nos obligue a esperar muchos años de cultivo.
Este árbol nos llegó directamente de la tienda donde lo compró el cliente, se analizó, se dió un presupuesto y, cuando le llegó su turno, al tajo.
Lo de, al tajo es, como se ve en las fotos, literal. Se trata de un ejemplar de pino silvestre, de origen yamadori y relativamente joven. Se le había dado una primera formación en la que se le vació el tronco a base de motosierra para poder doblarlo y compactarlo un poco a la vez que se le disimulaba la poca conicidad del tronco y se continuaba con la primera rama.
Nosotros somos muy de OFIBRAS (Only the FIrst BRAnch School). Es, la mayoría de las veces, la única opción para formar árboles que no poseen muchas cualidades como en el caso de este pino. No tiene corteza vieja, el tronco era cilíndrico y, por lo que se intuye, bastante alto, así que solo quedó esa alternativa para formarlo. Por poner un pero de la primera formación es que no se trabajó la madera para disimular los cortes de la cadena ni se realambró para mantener la posición de las ramas y claro, nos llegó bastante despeinado. Había que volver a meterle en vereda.
Repasamos la madera con formón, martillo, alicates de jin y soplete como herramientas. Tenía mucha resina exudada como resultado del trabajo anterior, por eso tiene ese brillo la madera. Hay que dejar que pase un tiempo antes de poder aplicar el líquido de jin que, en estas circunstancias, no penetraría en las fibras de la leña. Lo bueno de que sea una tea es que la resina va a proteger la madera de la intemperie haciéndola más duradera.
Compactaremos el tronco cerrando las curvas llevando el movimento del árbol hacia la derecha.
La primera rama ahora a la derecha será la rama de contrapeso a la izquierda y la rama de la izquierda será nuestra primera rama a la derecha. Hay que darle una vuelta de tuerca ¡girando 180º en el sentido horario!
Para tal fin tenemos un jack hecho a medida de un tamaño considerable, pero si tenéis el normal, que abre unos 30cm, solo tendréis que hacer unos eslabones como los de las cadenas con alambre muy grueso de acero galvanizado o cobre, el de aluminio, aunque sea muy grueso, se parte. A más tensión que deba soportar, mayor grosor de alambre. Si el calibre del que disponemos es algo pequeño, podemos ponerlo doble o triple, en ese caso debemos ser cuidadosos al colocarlo y cerrarlo. Si un tramo queda algo suelto o más largo que el resto, puede partirse al girar sobre el resto.
En esta zona de doblado solo tiene vena viva en un plano, el resto es madera muerta. Por eso hay que vigilar mucho para evitar cortar la circulación de savia o que parta estallando la madera seca que, dicho sea de paso, cruje a cada vuelta que le damos al jack.
Hemos colocado la rafia longitudinalmente y tenemos los mazos preparados para hacerlo en espiral, siempre en el mismo sentido en el que vamos a doblar las ramas, de modo que no se afloje.
Como esta rama hay muchas. Algunos son brotes pequeños de uno o dos años, pero en otros puntos son ramas grandes que deberemos eliminar por fases según vaya ramificando para evitar engrosamientos. En esta imagen se han cortado dos o tres brotes pero ya está algo abultada la rama en ese punto con tanta confluencia de savia. Como se ve no se ha alambrado hasta las puntas ni se ha eliminado toda la acícula vieja. De este modo conservamos más vigor en la planta.
Esta rama se podría cortar hasta casi su base, donde tiene un «tridente» que hemos dejado para tener más opciones de diseño.
Un tridente es un brote central con dos brotes latelares. Lo correcto son solo dos brotes naciendo de un mismo punto, por lo que habría que eliminar uno de ellos. Si optamos por la longitud, quitaremos uno de los dos brotes laterales, pero si queremos ganar en conicidad, prescindiremos de la rama central, aunque para ello, debemos dejar que los pequeños brotes ganen en longitud para no dejar un agujero demasiado amplio en la copa.
Jugaremos con esto para ir mejorando la estructura de nuestro bonsái sin perder demasiado la forma de nuestro diseño, eso sí, siempre teniendo en mente nuestro objetivo final y sin abandonarlo por miedo a cortar.
Son seis ramitas las que salen casi en el mismo punto en el ápice. Dejaremos dos o tres en futuras podas. Para poder dejar tres, estas no deben nacer juntas, que tengan distancia entre ellas. Al menos una debe crecer hacia arriba, esto es importante en todo el árbol, para que nuestras ramas no sean raquetas vacías en su interior y tengan volumen, pero es mucho más importante en el ápice.
Como el tronco no es muy grueso, lo ideal es que las masas de verde no sean pesadas y queden divididas en pequeños volúmenes. El lado izquierdo se ve algo macizo ahora. Lo aligeraremos cuando empecemos a limpiar hoja vieja y definamos bien las capas entre ellas.
El lado derecho, ápice y ramas traseras han de ganar en densidad para equipararse con el otro lado pero simpre dejando aire entre medias.
La parte frontal está algo vacía, más teniendo en cuenta que la rama frontal derecha la sustituiremos en el futuro ya que nace en un punto incorrecto. Con los futuros crecimientos crearemos tres ramas frontales, una a cada lado y otra más centrada en la zona del ápice. Evitaremos que tapen los nacimientos de la rama principal, la de contrapeso y la segunda rama de la derecha de modo que vistan algo más de verde el tronco para darnos profundidad sin ocultar las zonas importantes.
Ahora hay que dejarlo crecer libremente y la primavera que viene se traplantará en su posición y ángulos correctos. Si lo queremos cultivar así, debemos, lo primero, hacer agujeros nuevos de drenaje para evitar encharcamientos por la nueva inclinación de la maceta y lo segundo y no menos importante, fijarlo bien, ya sea con tacos y atado o metiéndolo dentro de un recipiente que nos permita eso mismo: buen drenaje y sujección.
Otra opción es hacer un saca-mete. Soltamos el anclaje del árbol, lo posicionamos sin tocar las raíces en la misma maceta y rellenamos de sustrato. Como la parte trasera quedará al descubierto, haremos un murete con rejilla de la que usamos para los agujeros de drenaje tapando bien todas las raíces.
Esperemos que os haya gustado.
Hasta pronto.
David.
Algunos artículos relacionados en nuestra tienda…
-
Pinus sylvestris.435,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris.160,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris.430,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris290,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris.685,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris1.200,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris480,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris230,00€ IVA incluido
-
Pinus sylvestris6.800,00€ IVA incluido
Pingback: Trabajamos tu árbol | David Soto Estudio de Bonsai