¡Hola, familia bonsailera!
A finales de verano nos trajeron un acebuche para darlo un peinadito y ponerlo a punto.
No entraremos en limpiarlo de hojas como en un trabajo en la época de crecimiento. Ahora hemos de ir con cautela dejando la mayor cantidad de verde posible, sobre todo en el caso de este árbol, que pasa el invierno en una zona fría. En la zona del mediterráneo no nos andaremos con miramientos puesto que tendrá meses antes de detener su crecimiento.
¡Al lío!
Coincidimos con la visión del propietario de girarlo un poquito en sentido contrario a las agujas del reloj. Pierde un poco de base, pero el movimiento es mucho mejor.
Tanto desde la nueva vista frontal como de la anterior se aprecia que el ápice está ligeramente atrasado. Tendremos que modificarlo.
Como diría McLeod, Duncan McLeod: ‘solo puede quedar uno’.
El tronco, brote o rama que hace de eje y un único brote o rama que acompaña, pero más no. En realidad son dos brotes naciendo de un mismo punto.
La rama principal debe alargar. Cuando lo haga, la segunda rama de la derecha deberá acortarse a la bifurcación anterior porque se cruzará visualmente con la shashi eda y hará que el dinamismo se frene o, peor aun, que cree confusión de líneas. El lado izquierdo lo mantendremos cortito, que no se nos salga de madre. En el trasplante, la raíz de la izquierda que sobresale habrá que doblarla para pegarla al nebari o, en caso de que así no quede bien, la cortaremos.
Un saludo y hasta pronto.
David.