Fijar un objetivo es esencial.

¡Hola!

El artículo de hoy es un poquito diferente a lo que estamos acostumbrados a publicar en el blog. Se trata de un proyecto iniciado en 2007 con un plantón de Pinus sylvestris y su evolución durante 12 años.

Su primera foto en otoño de 2008.

Como se ve en la imagen es un plantón que no posee ninguna cualidad reseñable y que, sin embargo, nos ofrece casi las mismas posibilidades que un lienzo en blanco le brinda a un pintor. Tenemos vía libre para dar rienda suelta a la creatividad.

Además tiene la gran ventaja de que es un material asequible para cualquiera que quiera intentar algo parecido.

El título del artículo toma vital importancia en este momento. Hay que decidir qué hacer, cómo hacerlo y qué necesitamos para llevarlo a cabo. En este caso se optó por diseñar el bonsái utilizando solamente la más baja de las ramas. A todo el mundo le sonará la manida frase: “yo lo haría con la primera rama”. Pues así fue. La idea era hacer un tronco que se seca en la punta y una rama colgante vuelve a dar forma al árbol. Pues manos a la obra.

Esta parte será la materia prima para nuestro futuro bonsái.

Lo primero que haríamos sería podar para fortalecer la primera rama y lo siguiente, trasplantar para obtener un desarrollo óptimo y así poder llevar a cabo nuestro proyecto de diseño.

Tras la poda.

Solo hemos dejado un poco de verde en la punta para que sirva de tirasavias y mantenga el vigor del árbol, el resto se ha podado drásticamente. Esta poda hace que todo el vigor, destinado a todo el verde que había, se redirija a los dos únicos brotes que se han dejado. Recordad que estábamos haciendo este trabajo en otoño cuando los árboles acumulan reservas de energía de cara a la siguiente primavera. Era el momento óptimo.

Recién trasplantado en marzo de 2009.

Perdonad por la mala calidad de las fotografías, pero nos sirven perfectamente para mostrar las etapas del trabajo. Fue trasplantado en kiryu 100% con una capa de akadama decorativa en la superficie.

7 meses después su aspecto era muy vigoroso.

Se limpiaron las acículas viejas y, en el caso del tirasavias, se quitaron también casi todas las hojas nuevas para equilibrar el vigor con la primera rama.

Detalle del frente.

Los brotes que se encuentran dentro del círculo rojo serán nuestro futuro ápice y el resto, la rama colgante que formará nuestro bonsái. Podríamos poner un boceto para que os hagáis una idea, pero de esta manera, podéis hacer un ejercicio de diseño imaginando “¿qué haría yo?”.

Tras la primera formación.

Se dieron curvas muy abruptas para formar la estructura básica. También quedó un poco diferente a  como estábamos imaginando previamente. Simplemente nos dejamos llevar por la rama…

En este primer modelado, el ápice (lo que estábamos imaginando) queda a la izquierda, para formar la primera rama, los brotes centrales quedan para formar el ápice ahora y el resto nos serviría para formar la rama trasera. Quedaba diferente pero se ajustaba a nuestra idea inicial.

2 años después, tras el nuevo alambrado. El vigor es extraordinario. 2011-12-03

Tras dos temporadas de crecimiento, ahora nuestro diseño empieza a tomar forma, la forma que habíamos pensado previamente y que, en un principio nos quedó diferente.

También se ha eliminado el tirasavias y se ha hecho un pequeño jin y algo de shari.

Trabajo de Si-Diao.

La madera se trabajó manualmente para dotarla de un aspecto lo más natural posible.

2014-09-10

Tres temporadas después el árbol ha avanzado en ramificación y se ha vuelto a trasplantar por el camino a una maceta más pequeña. Es el momento de un nuevo alambrado.

Un paso más.

Aun es necesario alambrar la rama principal porque vuelve a su posición dado que los crecimientos se han controlado para que el bonsái viajase a menor velocidad. Tiene la desventaja de que le cuesta más tiempo fijar la estructura y por el contrario, posee la gran utilidad de evitar que la ramificación se vuelva basta por un crecimiento desmesurado.

Inicio del proyecto en otoño de 2009.
2019-01-11. 14x13cm y un nebari de 3cm. Maceta Bigei, Tokoname.

Aspecto de nuestro bonsái de pinus sylvestris 12 años después.

Queda muy poquito para considerarlo acabado. Las acículas salieron un poco alocadas con motivo del último mekiri realizado en el árbol. En un par de años alcanzará su madurez y estará listo para exponerse.

Esperamos que os haya gustado el artículo y que os anime a trabajar esos árbolitos más modestos que tenemos en nuestros jardines.

¡Dadles una oportunidad! Con cariño y esfuerzo podemos obtener verdaderas joyas.

Y recordad: no hay material inservible sino más trabajo a realizar para alcanzar un gran objetivo.

Este bonsái causó furor en el stand que montamos con motivo del I UBE bonsai convention celebrado en el centro cultural Isabel de Farnesio en Aranjuez, Madrid. Os dejamos un resumen aquí: https://www.youtube.com/watch?v=aFXsUZ9cmcE

Hasta pronto.

David.

3 comentarios de “Fijar un objetivo es esencial.

  1. Alberto dice:

    Una evolución impresionante. Poco más se puede decir. Sin duda esa visión es una cuestión que deberíamos de entrenar tod@s. Mucho merito para el autor, la verdad. Enhorabuena. Me gustaría preguntarte porque no utilizaste una maceta de cultivo en el primer trasplante, yo tengo casi automatizado lo de pasar a maceta de cultivo durante esas fases iniciales. Así aprovecho y aprendo. La bigei es una maravilla. Sobre la elección de la maceta. ¿ también acepetaría una rectangular? Es por el placer de comparar opiniones. Otra vez gracias por compartir y ojalá que puedas resolverme estás dudas. Un afectuoso saludo.

    • David Soto dice:

      Eso es, Alberto, es cuestión de observar mucho y de practicar todo lo posible. En cuanto a la maceta, se usó una maceta de cultivo. En los pinos hay que ir educando el cepellón para poder plantarlo en su maceta definitiva.

  2. Pingback: Mamma mia! | David Soto Estudio de Bonsai

Responder a Alberto Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *