Reinventando un pino.

¡Hola, familia bonsailera!

Vamos a mostraros, en cuatro fotos, cómo rediseñar un pino para buscar algo más.

El árbol tal y como llegó a nuestras instalaciones.

El frente del árbol no es ese exactamente, aunque nos da un poco igual porque el dueño quería que le diésemos una vuelta al diseño para dar un nuevo aire al bonsái.

Evidentemente, el árbol se dejó desde su primer trabajo sin tocar y antes de poder hacer nada más, se vendió, por lo que no sabemos cómo se habría continuado su diseño inicial, así que no vamos a entrar en eso y nos vamos a centrar en lo que tenemos delante.

A primera vista nos parece que la cantidad de verde es excesiva y habría que reducirla para que la copa quede en consonancia con el tronco a la vez que se enfatizan las curvas del mismo al aligerar la cantidad de ramas.

Así que, como buenos seguidores de OFIBRAS, decidimos que formaríamos el árbol sólo con la primera rama:

Una vez podado.

Ahora sólo resta buscar el ángulo de plantado y el frente para sacar el máximo partido. Tal y como está, la copa debería formarse con el movimiento a derechas para acompañar el movimiento del tronco. Si se quiere llevar a izquierdas, sólo es posible levantando el tronco hacia esa misma dirección, puesto que la parte central del tronco tiene mucho peso visual.

El nuevo frente.

Con el nuevo frente se destacan las bonitas líneas del tronco y, al reducir la copa, se le da importancia a este. Las partes más rectas del tronco se cruzan y, por tanto, se disimulan la una con la otra.

Tras el trabajo.

Se compactó un poco la última curva del tronco para acercarla más al conjunto.

El tronco nace girando hacia la izquierda para luego irse hacia atrás y hacia la derecha, como a la mitad del primer tramo, gira hacia arriba subiendo casi verticalmente hasta el ten-jin, punto en el que se vuelve hacia la derecha y comienza a bajar hasta que gira, dejando un jin en el exterior de la curva, de nuevo hacia la izquierda en vertiginosa bajada, se vuelve a levantar y de nuevo gira a izquierdas, baja, deja un jin y se levanta hacia la derecha para volver a girar hacia la izquierda.

Casi me mareo describiendo tanta curva…

Evidentemente, tras una poda de esta importancia, la copa queda algo pequeña, pero con los posteriores crecimientos, es algo que se va a corregir de manera sencilla y en poco tiempo. Sobre todo, es el ápice el que debe de ganar en densidad, pero la forma final de la copa no debe ser una masa de verde muy compacta, si no que deberá conservar espacios vacíos entre las diferentes capas para dar sensación de ligereza. El siguiente paso será hacer un saca-mete para poder cultivar el bonsái correctamente y mientras, se irá buscando una maceta apropiada para este estilo de árbol. Algunas raíces quedarán expuestas parcialmente y se verá, en el momento del trasplante a maceta definitiva, si se pueden cortar todas o si se deberá hacer en un par de veces.

Esperemos que os guste el artículo y que podáis rascar el máximo de conocimientos e ideas para aplicar en vuestros bonsáis.

Recordad que: AGUA DEL CIELO NO QUITA RIEGO, y que nos vemos en la próxima entrada del blog.

Un saludo.

David.


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