El truco de poda definitivo en las hayas.

Buenas, familia bonsailera.

Las hayas son una especie con una forma de brotar y reaccionar a las podas que distan de la normalidad de muchos caducos en los que poco importa por dónde podes una rama o tronco, que rebrotan con facilidad por cualquier punto y además, en abundancia.

Esta manera de formar brotes que tienen las hayas hace que, si no elegimos bien el momento de la poda o, la técnica a aplicar, pueda derivar en la muerte de la rama.

¿Cómo brota un haya tras la poda de invierno?

Aunque, tal vez, debemos reformular la pregunta…¿hasta dónde puedo podar la ramificación fina? Decimos la ramificación fina porque las ramas más gruesas tienen mayor capacidad de brotación de zonas interiores incluso si no hay indicios de yemas latentes.

En el caso de las puntas de las ramas, si acortamos hasta un punto en el que la yema no está formada con su forma característica parecida a una bala aerodinámica. Aunque se vea la yema, si es en forma de puntito, esa es una yema latente que no se activará si podamos hasta ese nivel. Siempre hay que podar hasta una yema completamente formada. Luego, en la estación de crecimiento siguiente, podremos aplicar la técnica de poda o pinzado que acabará por activar esas yemas latentes. Pero eso, es otra cosa.

Entonces, ¿hay manera de «hackear» al haya para que forme esas yemas completas donde queremos?

Pues sí. Y eso precisamente es lo que vamos a abordar en este pequeño artículo del blog.

Metámonos en harina.

Este es el momento idóneo para aplicar esta técnica de poda.

Al final, la técnica de poda es la normal, lo que sí es importante es el momento en que se realiza. El timing del trimming, que dirían los modernos…

La época para hacer esto es ahora, a finales de verano o principios del otoño. Variará un poco de cada bonsái en particular y, sobre todo, de la zona climática en que estemos cultivando nuestro haya. Hay que conocer cómo funciona nuestro ejemplar en concreto y saber acertar con los posibles cambios de las temperaturas que puedan alargar el verano o adelantar el otoño. Dicho esto, la clave está que que, tras la poda, el haya tiene que tener tiempo para formar nuevas yemas pero, si se alargasen las temperaturas cálidas, podría volver a brotar, por lo que no habríamos hecho nada. Si ha comenzado a cambiar de color la hoja, ya es tarde.

Tenemos la yema formada en la punta del brote. Se trata de una ramita débil al encontrarse bajo una rama que tenía más fuerza, tanta que se estaba volviendo basta. Podemos ver la selladora recién puesta tras cortarla y repasar el corte con la cuchilla para una cicatrización rápida y correcta.

El resto de hojas no tiene yemas formadas aunque, en su base, podemos apreciar algunas yemas latentes. Este brote en concreto, tras la caída de las hojas, no podríamos acortarlo nada, por lo que, nuestra poda de invierno, nos dejaría ramas con entrenudos largos o, incluso, que se nos salen del perfil de la copa.

Ahora, podemos acortar hasta donde necesitemos.
Incluso hasta la primera hoja del brote.

Eso sí, podamos siempre dejando hojas, que son las que alimentarán la yema adventicia para convertirla en yema adulta, si ha comenzado a otoñar, esa hoja ya no será funcional. De ahí la importancia de acertar con el momento idóneo. Pero si vamos a errar, al menos que sea adelantándonos, porque brotará. No habremos alcanzado nuestro objetivo, pero la rama seguirá viva y podremos reintentarlo la temporada siguiente. Si lo hacemos tarde, ya será tarde para la ramita (valga la redundancia).

Repetimos con la ramita inferior.
Tras la poda de toda la rama y el aclarado del tirasavias.

Repetiremos el proceso con todo el árbol. Huelga decir que si vemos alguna rama demasiado gruesa, o cilíndrica, o ramas que formen ruedas de carro, o mal dispuestas, procederemos a quitarlas. Digamos que estamos adelantando la poda de invierno que, con hojas, se nos dificulta la labor, pero es trabajo que nos estaremos ahorrando de cara a esa poda de detalle que se hace más adelante con las ramas desnudas.

Estamos forzando a que aparezcan yemas donde queremos, pero también saldrán donde NO, por lo que, haciendo esta poda, no nos libramos de la siguiente porque saldrán yemas también en las axilas de las ramas, o muy juntas…y deberemos hacer esa selección sí o sí, aunque en unos días hagamos la famosa «criba digital», de aquí a que broten en abril pueden seguir formándose nuevas yemas.

Detalle de la rama en cuestión completamente podada.
Tras el trabajo en todo el árbol.

Se trata de un bonsái en formación y aún nos falta para completar la copa que, ahora parece algo inconexa y caótica.

Pequeño croquis para que podáis ver hacia dónde queremos llegar.

Os mostraremos el resultado un tiempo después, cuando haya generado las yemas. De todos modos, publicamos la técnica sin mostrar el resultado final por si alguien se atreve a lanzarse con ella confiando en nosotros a ojos cerrados. No es una prueba. Ya lo hemos hecho otras veces aunque sin documentarlo para poder compartirlo.

Si está vuestro haya en el momento indicado ¡tiraos a la piscina!

Esperemos que os sirva para mejorar vuestra técnica y vuestros bonsáis de FAGUS, porque sí, también funciona en las atropurpurea y en las crenata.

¡Hasta pronto!

David.


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