Este año, desde el Club Bonsái de Griñón han querido que formásemos parte del jurado junto a José Manuel Frontán y José María Rubio .
Era la primera experiencia como jurado y ha sido gratificante y todo un honor.
Es difícil dirimir un árbol ganador. A la hora de evaluar se tuvieron en cuenta las transformaciones de los árboles, es decir, el sacar partido de un material base (de ahí la importancia de las fotografías con el histórico del árbol), así como las reglas del concurso, por eso hay, entre las menciones, dos trabajos espectaculares, tanto, que pasaron de prebonsáis a bonsáis y ese es el motivo por el que no resultaron premiados.
Vamos a presentaros los árboles expuestos en el concurso con algún comentario:
En las fotos del antes no se apreciaba bien cómo era el árbol realmente, lo que le resta puntos en cuanto al cambio obtenido con los trabajos
Es un árbol con unas cualidades muy destacables. La madera muerta totalmente natural y el tronco que gira por detrás del shari y del jin. Las ramas están bien escogidas y solo resta engordarlas y ramificarlas. Puede ser un bonsái de muy alto nivel con el trabajo correcto.
En este árbol el trabajo se centraba en el desarrollo del nebari mediante injertos de plantones.
El trabajo es excelente y en este caso solo lo penaliza el que se trata de una mejora en un bonsái y no en un prebonsái.
Este árbol es el típico tocón de acebuche.
Está bien estructurado. Se ha logrado sacar partido a un material normal aunque se nota el trabajo de madera y algunas ramas son algo cilíndricas.
Prebonsai de producción en serie
La selección de ramas es completamente acertada y va bien encaminado, si bien es cierto que ganaría en equilibrio levantándolo de izquierda a derecha.
Buen material que, por las circunstancias que sean, no ha mejorado lo esperado desde su trabajo inicial.
Partimos de un árbol que dice poco
Buen arreglo de ramas para formar un árbol sencillo.
Árboles de ediciones anteriores
Arriba izquierda, Olea europaea silvestris. A la derecha, Juniperus chinensis ‘itoigawa’.
Pinus sylvestris. Nuestra aportación fuera de concurso.
Volvamos al concurso…
sí es como se presentó en la edición anterior.
Y este es el resultado de su nueva formación. Es un material que puede tener un gran futuro con muy poco trabajo.
Al principio tenía menos número de árboles.
La plantación es buena. Si se corrigen algunos ángulos de los troncos y con mayor ramificación, se alcanzará el objetivo.
Antes
Buen material en un tamaño ideal. Con más ramificación estaremos ante un bonsái de calidad.
El árbol de partida tiene potencial
El trabajo de desarrollo va dando sus futos. Un gran shohin en ciernes.
Excelente material de partida.
El trabajo es correcto, aunque lleva poca transformación. En cuanto se pueda cortar la raíz que impide colocarlo en su posición tendremos un bonsái con mayúsculas.
Antes
Se ha levantado de izquierda a derecha y se ha compactado el ápice de manera acertada. Un poco más de ramificación y estará listo para exponer.
Aspecto tras su primera formación.
En solo una temporada de crecimiento se ha consegido un buen avance. Tal vez se pueda cambiar el frente para darle más movimiento.
Las fotos del antes no las trajeron hasta después de hechas las fotos. Se encontraba tumbada hacia atrás, se levantó y se modeló posteriormente con acierto. La espalda queda algo vacía y es algo que hay que corregir con el futuro crecimiento.
Y ahora vamos con los ganadores
Las fotos del inicio muestran un árbol sin muchas cualidades.
El motivo de resultar premiado: transformación excelente del material de partida. Una forma de mejorarlo sería mostrar las curvas del tronco principal y levantar las puntas del verde dividiéndolo a su vez en varias masas de verde para dar más ligereza al diseño, así como erguir un poco más el tronco secundario acompañándolo con la rama trasera del principal que debería ir algo más a la derecha para dar más profundidad y evitar que la mirada ‘atraviese el árbol’.
El árbol original no tiene mucho más que unas suaves curvas, un shari impresionante en la base y una curva de casi 180º natural.
En tres temporadas se ha conseguido tener casi un bonsái. Se ha potenciado esa curva natural y se ha colocado el frente destacando el shari de la base y se ha posicionado la ramificación muy acertadamente. Como corrección, dejar que aparezca algo de verde de la parte trasera a la izquierda del tronco y acortar un poco la tercera rama de la derecha que se sale del perfil.
El árbol inicial es un palo.
El diseño realizado es atrevido, con esa rama que cruza el tronco, pero el cambio es evidente y se ha sacado petróleo. En el punto en el que el tronco gira hacia la izquierda hay muchas ramas naciendo en el mismo punto que se podrán ir eliminando según el árbol gane en densidad. La primera rama de la derecha sale desde atrás y se mete casi debajo de la superior, si se llevase hacia atrás ocupando el mismo espacio, pero como trasera, quedaría mejor.
El árbol original es grande y desgarbado.
El cambio es impresionante sacando un gran partido al material inicial. El arreglo de ramas debe mejorar sobre todo en la primera rama que, en su parte superior es muy plana, y en el ápice, que también es muy cuadrado.
Buen material.
Si nos fijamos en el antes y el después, el cambio no es sustancial, es el mismo frente. Sin embargo, el resultado en un año es espectacular y por ello se merece una mención especial. Se ha de prestar atención a evitar que las ramas se hagan bastas mientras se ramifica por completo.
El material de partida es muy pobre.
El resultado final es espectacular, tanto que ya entra en la categoría de bonsái. El tronco es algo delgado en la base pero es algo que se corregirá poco a poco.
Ejemplar de florístería enraizado en roca que se acodó para mejorarlo.
El resultado es increíble. Se ha obtenido un bonsái de alta categoría al que solo le falta aumentar la ramificación.
Un plantón es el material de partida.
Simplemente fantástico. Hay que equilibrar un poco el verde y terminar de ramificarlo. Este trabajo es la esencia del concurso. La transformación de un material modesto en un futuro bonsái.
¡Enhorabuena a los ganadores y ánimo a todas las personas que han concursado!
Recordad que se dice el ‘fallo del jurado’.
El bonsái es un camino que hay que seguir recorriendo sorteando los baches.
Un saludo y hasta pronto.
David.
Gracias por el post, lo comparto!