Te puede pasar a tí.

¡Hola, familia bonsailera!

Tal vez te hayas visto en una tesitura como esta o, en un futuro, te ocurra algo parecido. El caso que os presentamos ahora es de esas raras veces que compras algo por internet y la cosa se tuerce.

Eso nos pasó hace unos años y vamos a mostraros el cómo hemos intentado arreglar la avería.

Lo más importante cuando surge un imprevisto es actuar con celeridad para tratar de remediarlo y llegar a buen puerto.

Vamos a poneros en contexto:

En un lugar de la web, de cuyo nombre no quiero acordarme, compré un atractivo Ilex serrata. Días después llegó a casa, sin embargo, no lo hizo en perfectas condiciones:

No estaba bien sujeto y las raíces, aunque aparentemente húmedas, llegaron parcialmente descubiertas.
Aunque las raíces permanezcan dentro del sustrato, ese trajín durante el transporte puede dañarlas y que no se vea a simple vista.

Pensad que es como si hubiese sufrido un terremoto o, en términos humanos, sería el equivalente a tener un accidente en el que, aparentemente no te ha pasado nada, pero sufres hemorragias internas o roturas óseas.

Como supongo que estábais imaginando, las ramas también sufrieron daños.
Esta rama no se rompió completamente, pero está rota.

Tras comunicarlo adjuntando las pertinentes fotografías, acordamos (cabe destacar que nos comunicamos en inglés, sin ser la lengua materna de ninguna de las partes) esperar a la brotación y confiar en el vigor de la especie.

Rellenamos con akadama los agujeros del sustrato, protegimos en invernadero (la compra se realizó en diciembre de 2019) y esperamos la llegada de la primavera.

Tan pronto como notamos indicios de brotación, aplicamos algo de abono orgánico sólido(Green King).

Empezó a abrir algunas yemas y a abortar otras en las pocas ramas que le quedaron tras el accidente.

Se puede observar que la rama de la derecha está brotando con otro color. Esta es la rama que se rompió parcialmente.

Vista cenital poco esperanzadora. El ápice tampoco brota.

Volvimos a contactar enviando las fotos pertinentes y adjuntando, tanto los mensajes, como las fotografías de la conversación tras la recepción del producto.

Su primera respuesta fue que no debimos haber trasplantado el árbol y mucho menos abonarlo. Cuando contestamos que no se había hecho trasplante, que sólo rellenamos con sustrato para mantener las raíces protegidas y evitamos trasplantar para evitar un estrés extra al acebo y que, sólo tras notar actividad, pusimos algo de abono, nos contestaron que debimos haber trasplantado como primera medida ¡¿PERDOOOOOOOONA?!
Es como si te dicen que saltes y cuando saltas te dicen que por qué has saltado. Resumiendo:

NO SE HICIERON RESPONSABLES de un producto que llegó en mal estado tras el transporte, ya fuese provocado o no por el embalaje y del que se notificó la incidencia al instante.

Total. Toca hacer de tripas corazón y de un material hecho trizas, un bonsái campeón.

¿Qué hacer en un caso así?

Lo primero, apartar el encabronamiento y las ganas de matar, no dejar que la rabia te domine y evitar hacer leña del bonsái y que acabe en la barbacoa, así pues, toca reinventarse, pero lo principal es conseguir que el bonsái no se muera y, para poder empezar a trabajarlo, que adquiera vigor.

Tras dejarlo crecer libre toda la temporada, llegaba así al otoño de 2020.

Definitivamente el ápice se secó y la rama de la derecha se mantuvo viva. Los brotes más fuertes son chupones que salieron del nebari. Notad la diferencia de color de las hojas.

Se aprecia el mal color del tronco, en algunos puntos agrietado y en otros ligeramente punteado o agujereado. Síntoma de la retirada de savia que estaba sufriendo.
Podamos los chupones para devolver el vigor a las ramas superiores.

Cruzaremos los dedos para una buena brotación y que podamos evaluar correctamente los daños y así poder comenzar a rediseñarlo.

A la primavera siguiente y, tras obtener un despertar óptimo de la planta, tocó eliminar las zonas muertas del tronco y eliminar la madera podrida hasta llegar a las zonas sanas, aplicar masilla de dos componentes para rellenar el tronco, podar tocones o ramitas secas y sellar las heridas. Por desgracia, no tenemos fotos de ese proceso. El caso es que el tronco, en el frente, estaba seco casi hasta la base, de modo se se cambió el frente por la espalda.

Unas semanas después, este era su aspecto en septiembre de 2021:

Ha brotado bien y de la base han vuelto a salir más chupones. ¡Al lío!

Lateral.
Antiguo frente.
Tras la poda de chupones. Lateral.

Hemos dejado un chupón para hacer un doble tronco y un par de ellos más finos para hacer injertos puente. De este modo, podremos a ayudar a cicatrizar la enorme herida de la ahora espalda.

Vista desde la espalda.
Los sujetamos para que crezcan pegados al ‘tronco’.
La rama parcialmente rota desde el frente original. ¡Madre mía! Se te cae el alma al suelo…¡Qué destrozo!
El ¿ápice? Bueno, lo tendremos que ‘pintar’.

Continuaremos el tronco hacia la derecha, acompañando al tronco secundario y la parte de la izquierda será una rama de contrapeso.

Junio de 2022.
Tras la poda, alambrado y arreglo de ‘injertos’.
Uno de los brotes(el de más a la izquierda) se rompió.

Iremos aprovechando los brotes de la base que podamos para acelerar el proceso al máximo.

Diciembre de 2023.

Hemos seguido repitiendo el proceso todo este tiempo. Vamos a ver cómo sigue.

¡Vaya mondongo!

Bueno, pues ahí tenemos varios brotes. Vamos a revisar los injertos:

Quitamos la chincheta. Aún no está prendido.
Cambiamos de lado tras cambiar la chincheta de sitio y podar la rama.
La brida estaba empezando a marcarse.
Todo suelto. La ramita de la brida está casi injertada.
Lo vemos desde el otro lado.
Aquí se estaba clavando más todavía.
Lo volvemos a sujetar y soltamos la sujección central para cambiarla de sitio.
Ale, a seguir creciendo.
El frente. Con su tirasavias de continuación del tronco, sus frutitos, sus bridas, sus alambres, sus protectores de goma, su tutor, sus chinchetas, su maceta de plastikeich…
El frente más en detalle.

Y ya estamos en el presente. Esta primavera está siendo muy suavecita y casi no ha hecho calor por lo que no ha crecido demasiado, se paró y se empezaba a reactivar ahora. Vamos con ello:

Luce buenas melenas a pesar de todo. Junio de 2024.
Quitamos algunas hojas para poder ver.
Comprobamos las chinchetas. Está casi prendido del todo.
La cambiamos de sitio y quitamos la siguiente.
La cambiamos de sitio también. Este va peor porque los brotes anteriores habían cogido demasiada fuerza.
Esta ramita se autoinjertó, así que la cortaremos para frenar la salida.
Limpiamos en la parte de atrás para comprobar todo. Han vuelto a salir chupones del nebari.
Más de cerca. Parece que tiene buena pinta…
Hay un par de zonas fusionando. ¡Olé!
La zona de la rama izquierda original.
Vista desde el lateral. Ha prendido en varios puntos.
Un sencillo esquema.

En este caso, el brote que queremos como continuación del tronco no se ha activado, por lo tanto, podamos algo el tirasavias tratando de dejar los brotes más activos o los más fuertes. Si podásemos por el futuro tirasavias reduciríamos demasiado la fuerza del mismo y es algo que no nos interesa ahora mismo. Una vez esta futura rama de engorde haya cogido fuerza, podremos cortar a su altura siempre que no se active el brote de continuación del tronco. Si este brote inicia su crecimiento, cuando alcance un tamaño de unos 10-15cm, lo alambraremos en verde, daremos un par de curvas en su base y terminaremos colocando la punta del brote vertical para favorecer su crecimiento. También en ese caso (brote que se ha activado), esperaremos a otoño para sustituir el tirasavias aprovechando así toda la estación de crecimiento para que engorde.

Frente. Más de cerca.

Y ahora no os queda más remedio que esperar a la siguiente entrega de este trabajo para poder seguir la evolución de esta técnica de injertos que ayuda a acelerar la cicatrización de grandes heridas. Esperemos que os sea de ayuda para vuestros bonsáis y que podáis intuir un poco por dónde van los tiros en el futuro desarrollo de este prebonsái. Recordad que rendirse no es una opción y que NO HAY MATERIAL INSERVIBLE, SÓLO MÁS TIEMPO DE TRABAJO POR REALIZAR.

Un saludo y hasta pronto.

David.


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