Inteligencia artificial y otras mierdas.

Llegó la era de las apariencias y lo hizo para quedarse. Siempre había alguien en nuestro entorno que aparentaba más de lo que era o tenía pero, con las redes sociales, esto ha llegado a límites insospechados y, lo peor de todo, está infectando al bonsái.

Como muestra, la imagen de este artículo, un bonsái generado por la IA del editor desde el que realizamos este blog y gestionamos la web. Puede ser más o menos bonito, parecer más o menos real, pero no va con nuestra filosofía. Es el mejor ejemplo de lo que se puede ver en redes actualmente.

Tal vez me esté metiendo en un jardín de plantas palustres, sin embargo, creo que es necesario que señale esta mala deriva que veo que estamos cogiendo. Poco importa el hacer bien las cosas, es más relevante el «llegar a» muchos ‘likes’ o ‘follows’, dar la imagen de saber más que nadie, de tener más dinero que nadie, que tener más y mejores bonsáis que nadie, de ‘loquesea’ más que nadie…

Y mientras, se trabajan bonsáis sin pensar en su futuro, si no en el de quien los crea. A mi modo de ver, es el mayor error que se puede cometer siendo a su vez un acto egoísta sin parangón.

Así, podemos ver copas ‘terminadas’ en pocos años, hechas o, a base de dejar mil ramas saliendo de un mismo punto, lo que provoca abultamientos en un futuro cercano o, aprovechando brotes largos para llegar al perfil de la copa que se convierten en ramas cilíndricas y con poco grosor al poco tiempo. De igual manera ocurre con los nebaris que, si bien en un arce japonés, por ejemplo, casi sin esfuerzo podemos obtener un óptimo resultado, no es así en árboles de origen yamadori en los que es necesario un buen trabajo en las ráices en CADA TRASPLANTE hasta llevarlo a buen término. Sin embargo, esto no quiere decir que no se encuentren arces trabajados desde semilla o esqueje con unos nebaris horriblemente trabajados.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, no es necesario estudiar bonsái mil años para hacer las cosas bien. Este arte es repetición con ligeras variantes por especie. Puede haber mil maneras diferentes de podar o pinzar y, no sé si mil, pero muchas sí son. Mas lo básico son cuatro normas estéticas (que afectan al cultivo también, eso sí). Sólo con eso, nuestros bonsáis van a estar bien construidos. Otra cosa es el aspecto artístico, que ya, cada persona, tiene «su arte, o su mucho arte».

No quiero alargarme demasiado en esto, de modo que concluiré aquí. Sólo espero poder transmitiros mi amor por los bonsáis y el anteponer su salud por encima de todo. No hay sensación peor que perder un bonsái por haber hecho el tonto por las prisas de un resultado más rápido y vistoso.

Un saludo y ¡feliz verano!

David.

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